A cualquier venezolano pendiente de la situación política y económica actual en el país y en el mundo que nos compra petróleo y derivados, la nota mas abajo sobre Zimbabwe le produce escalofríos. ¿Será que nos dirigimos, lento pero seguro, hacia una situación como ésa? Lean y juzguen por sí mismos. Esta nota-extracto fue traducida de un mensaje de ONE.org.
Zimbabwe está más allá de la crisis.
Zimbabwe era uno de los países mas promisorios de África con una pujante industria agrícola, una tasa de alfabetización de las más altas de la región y un sistema de salud robusto. Hoy Zimbabwe es una tierra devastada. Veintiocho años de gobierno crecientemente dictatorial del Presidente Robert Mugabe han conducido a la hiperinflación, la escasez de alimentos y la ruptura de los servicios públicos básicos.
El año pasado el mundo vio a Zimbabwe sufrir a través de una elección violenta y chapucera. Pero el pasado miércoles, después de meses de amargas negociaciones con el Presidente Robert Mugabe, el líder de oposición Morgan Tsvangirai se juramentó como el nuevo Primer Ministro, formando un “gobierno de unidad” que intentará mover al país hacia adelante. No será fácil. La desastrosa elección del año pasado y la presencia continuada del Presidente Mugabe hacen dudar sobre cuánto cambio sea posible. Las buenas noticias son que Zimbabwe no tiene que hacer este trabajo solo. La Unión Africana (UA) servirá como garante de este nuevo gobierno y es crítico que actúe de inmediato para asegurar que el gobierno de unidad de Zimbabwe tome pasos en la dirección correcta.
La Unión Africana puede poner a Zimbabwe en la senda correcta y mostrarle al mundo que toma el cambio seriamente, al vigilar agresivamente el acuerdo y, como mínimo, actuar sobre las cuatro recomendaciones ofrecidas por grupos de la sociedad civil en Zimbabwe:
• Insistir en el cese inmediato de los secuestros y las torturas, así como en la liberación inmediata de los activistas de los derechos humanos presos y los presos políticos.
• Reclamar que las agencias humanitarias puedan trabajar en un ambiente sin restricciones.
• Exigir una revocación inmediata de leyes injustas tales como la Ley de Acceso a la Información y la Protección de la Privacidad (AIPPA, por sus siglas en inglés) y la Ley de Orden y Seguridad Pública (POSA, por sus siglas en inglés).
• Asegurar un ambiente permisivo para el nuevo gobierno de unidad.
Las consecuencias de años de mal gobierno en Zimbabwe son la pobreza y la enfermedad en una escala trágica, que requiere una respuesta mundial. Los hospitales públicos han estado sin agua por meses, creando un caldo de cultivo para enfermedades mortales que podrían evitarse fácilmente, como el cólera. Más de 3.000 personas han muerto en la peor epidemia de cólera en África en 19 años. Las escuelas han tenido que cerrar porque no hay cómo pagarle a los maestros. El sector agrícola ha colapsado, la mitad de la población necesita ayuda alimentaria de emergencia y los grupos de ayuda humanitaria están luchando por alcanzar a todos.
En Sudáfrica, el Dr. Kumi Nadoo, activista y co-fundador de la Campaña Global Contra la Pobreza, dijo: “La unidad sólo en las estructuras gubernamentales no atiende los problemas humanitarios y de derechos humanos que la gente en Zimbabwe encara diariamente. Por lo tanto, la UA debe –primero y principal- requerir que el gobierno de Zimbabwe escuche y respete a su pueblo.”
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