Como en los artículos anteriores, en esta ocasión podemos
aprender mucho de lo que se dice sobre Egipto, e imaginar lo que podría pasar
con nosotros.
No todo el mundo piensa igual sobre la democracia y el papel
que debe jugar Estados Unidos para promoverla. Mucha gente en ese país ve con
disgusto las actividades del gobierno de Washington, y recuerda los muchos
desaguisados en los que ha estado involucrado en el pasado, reciente o lejano.
En el caso de Egipto, igual que en el nuestro en Venezuela, se oyen críticas
airadas sobre la política exterior de la mayor potencia militar del planeta. A
continuación hay un esclarecedor ejemplo, en un artículo publicado por Doug
Bandow en el sitio web del Instituto Cato:
“Es tiempo de que Washington cierre la boca sobre promover la
democracia.”
Publicado por Doug Bandow en www.cato.org el 2 de Agosto de
2013.
El régimen militar
en El Cairo continúa matando partidarios del derrocado presidente Mohamed Morsi
con apoyo financiero de Washington. La administración Obama está convirtiendo a
la hipocresía en un arte.
Washington trabaja
bajo la ilusión de que controla al mundo. La administración insiste en que debe
conservar su influencia dándoles más dinero a los generales en El Cairo. Sin
embargo, ¿cuándo ha ejercido influencia EEUU en Egipto?
Por cuatro décadas
los contribuyentes estadounidenses han subsidiado regímenes dictatoriales. La
administración trató de salvar al antiguo presidente Hosni Mubarak de la
revolución, antes de apoyar su derrocamiento. Los intentos de Washington de convencer
a Morsi de que gobernase más inclusivamente, y al comandante militar Gen. Abdel
Fattah al-Sisi de no dar un golpe de estado, fallaron completamente. Ahora el
líder del golpe está ignorando ostentosamente el pedido de la administración de
que no fuerce a los Hermanos Musulmanes a la clandestinidad.
Sin embargo, el
presidente Obama rehusa reconocer el golpe militar, que bajo la ley estadounidense
requeriría cortar la ayuda de los EEUU a Egipto. Si eso ocurriese, dice la
administración, ¡el Gen. Al-Sisi podría ignorar los consejos estadounidenses!
Como lo señalo en mi
última columna en Forbes:
“Hubiera sido mejor
hace años si los funcionarios americanos simplemente se hubiesen callado y no
hubiesen hecho nada. No se habría desperdiciado dinero. No se hubiera exhibido
la impotencia de Washington. Los EEUU no hubieran sido cómplices de décadas de
gobierno militar.
Por desgracia,
Egipto no es el primer ejemplo en el cual el gobierno de los EEUU ha conseguido
parecer estúpido mientras gasta un montón de dinero. De hecho, esa es mucho más
la regla que la excepción.
Por décadas
Washington ha regalado miles de millones de dólares por año de ayuda “económica”.
¿Quiénes están entre los afortunados beneficiarios? Comunistas chiflados como
la Rumania de Nicolae Ceausescu y la Etiopía de Mengistu Haile Mariam.”
Como en Egipto, los
déspotas locales aprendieron rápidamente que los funcionarios de los EEUU detestan
admitir un fracaso y terminar con la ayuda. Así que el dinero continúa fluyendo
sin importar lo demás.
Alrededor del mundo,
los funcionarios de Washington hablan alegremente de la importancia de la
democracia mientras respaldan ostentosamente una autocracia. Hoy la hipocresía
es más flagrante en Asia Central y el Medio Oriente. De hecho, la
administración alabó la “Primavera Árabe” mientras apoyaba la represión en
Bahrain, Arabia Saudita y ahora en Egipto.
Se ha derramado
mucha tinta recientemente sobre conservar la credibilidad estadounidense luego
de que el presidente Obama hiciera que el uso de armas químicas por Siria fuese
una “línea roja” para la intervención. De hecho, rutinariamente Washington traza líneas rojas sin ningún significado alrededor del mundo, que son rutinariamente
ignoradas.
¡Los funcionarios
estadounidenses nunca aprenden!
En Egipto,
Washington ha mezclado por partes iguales la hipocresía y la inutilidad. Los
funcionarios de EEUU nunca se contentan con callarse la boca y quedarse en casa.
Si el presidente Obama quiere dejar un legado positivo de política exterior,
debería hacer y decir menos en el exterior.”
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