Otra vez, Venezuela sale en las noticias más ampliamente circuladas en el mundo. Ayer, aparecimos en el editorial de Bloomberg View. Traduje el artículo para beneficio de mis amigos que prefieren leer en español.
Bloomberg
View
Latin
America
“Si
Venezuela implosiona, ¿estarán listos sus vecinos?”
19 de
Agosto, 2015 10:16 AM EDT
Por los
Editores
Venezuela
se desliza hacia una crisis humanitaria. Las noticias de su última caída
económica, o del último berrinche político del Presidente Nicolás Maduro, tienden
a eclipsar este desastre en cámara lenta. Sin embargo, el peligro de una
implosión venezolana va en aumento.
Quizás no
esté al tanto de que Venezuela tiene la tasa de inflación más alta del mundo,
una moneda colapsada y todas las probabilidades de incumplir el pago de sus
deudas el año que viene. Puede que haya leído sobre la escasez de productos de
consumo (de todo desde leche y pan hasta cerveza y condones), y del esfuerzo
que se requiere para obtener moneda dura (secuestrar perros de raza para
venderlos en Brasil es una forma).
Hay algunas
cosas que podría haber pasado por alto. En el país con las reservas de petróleo
más grandes del mundo, los pacientes trasplantados han recurrido a medicinas
veterinarias para mantenerse vivos. Los coagulantes para tratar la hemofilia
sólo están disponibles para emergencias. Se dificulta conseguir medicinas de
toda clase fuera de las ciudades. La malaria y el dengue van en aumento;
igualmente, la desnutrición, aunque el gobierno dejó de publicar los boletines
epidemiológicos semanales el pasado mes de Noviembre y niega que miles de
doctores estén renunciando y emigrando.
Cada día,
los venezolanos forman colas frente a tiendas casi vacías. El 31 de Julio, un hombre
fue muerto y varias docenas de personas arrestadas en San Félix, mientras
consumidores iracundos saqueaban supermercados y atacaban a vehículos del
estado. El potencial de rupturas más frecuentes y mortales del orden público es
evidente, especialmente ahora que Maduro ha aumentado sus asaltos militares
contra “acaparadores” que acumulan bienes “de contrabando”.
Los
venezolanos que ponen sus esperanzas en las elecciones parlamentarias de
Diciembre probablemente se desilusionarán. Importantes políticos opositores han
sido encarcelados o descalificados para las elecciones. Maduro ha prometido excluir
monitores [electorales] de la Unión Europea o de la Organización de
Estados Americanos. Ha dicho que rehusará aceptar la derrota del partido de
gobierno. La oposición lleva la ventaja en las encuestas, pero está dividida.
Arreglar la economía de Venezuela requerirá medidas –
terminar los subsidios a los combustibles y los controles de precios, liberar
las tasas de cambio, cortar el gasto público – que serán dolorosas por que han
sido retrasadas tanto tiempo. Un programa así llama a la cooperación política,
no a la creciente represión a la que está recurriendo Maduro.
Los vecinos de Venezuela tienen un interés especial en
evitar este desastre. Brasil y Colombia están siendo distraídos por sus propios
problemas, pero difícilmente pueden permitirse ignorar el alboroto en sus
fronteras – especialmente cuando Maduro usa las disputas territoriales para
agitar el fervor nacionalista. Desde fuera de la región, China ha financiado la
prodigalidad venezolana con más de $50 mil millones en préstamos que encierran
suministros de petróleo y tratos preferenciales; también debería querer
mantener a su deudora alejada del borde del abismo.
Hay un límite a lo que pueden hacer los de afuera. Pero los
grandes vecinos y los prestamistas tienen influencia y debería empezar a
ejercerla. El mes pasado, las Naciones Unidas llamaron la atención de
Venezuela, por su uso de detenciones preventivas, abusos de los derechos humanos,
censura y retaliación contra los que llevan quejas a las UN. La OEA debería
mantener la presión para enviar monitores electorales y debería considerar la
evaluación de las condiciones políticas venezolanas de acuerdo a la Carta
Democrática Inter-Americana.
Los EEUU, mientras tanto, debería intentar un poco de diplomacia
creativa. La administración Obama puede usar su apertura con Cuba, y su próxima
reunión con el Presidente chino Xi Jinping, para presionar a ambos países para
que insistan en mejorar la conducta de Venezuela. Podría también intensificar
sus propias insinuaciones a Maduro. En verdad, le ha dado pocas razones a los
EEUU para levantar las sanciones y prohibiciones de viaje que puso
correctamente a un puñado de funcionarios venezolanos. Deberían mantenerse –
con una lista de objetivos más amplia en reserva.
Al mismo tiempo, los EEUU deberían ofrecer una asistencia
humanitaria generosa al pueblo de Venezuela – suministros muy necesarios de
medicinas, leche en polvo y otros alimentos básicos. Su disputa es con los
gobernantes venezolanos, no con sus víctimas.