Extracto de la entrevista a Adalber Salas, escritor venezolano de 27 años, ganador del premio de poesía Arcipreste de Hita con su libro “Salvoconducto”.
(TalCual, 31/JUL-6/AGO/2015)- ¿Hasta qué punto lo ha marcado el hecho de haber nacido en una Venezuela que hoy parece derrumbarse?
Me ha marcado de manera definitiva. Haber nacido en la Venezuela de finales del siglo XX determinó mi manera de leer no sólo la historia del país –o del mundo- sino también mi modo de acercarme a los vínculos interpersonales, así como a las nociones de poder, verdad, justicia, derecho. Ha sido una “mala educación”: me ha enseñado que no hay derecho que sea inalienable, que no hay Estado que no albergue pretensiones excesivas, que no hay institución que no esté dispuesta a sacrificar a los individuos que la componen. Me ha enseñado que el poder sólo busca perpetuarse. Crecer en un país donde la impunidad es regla general me ha permitido comprender la noción de ley desde una perspectiva que me hubiera estado vedada si hubiera recibido una “buena educación”. Me crié en un contexto que, en sus prácticas, pone en evidencia que el estado de derecho es una ficción. Pero, creo, es una ficción que debemos defender. Estoy convencido de que haber nacido en una Venezuela del desgaste y el derrumbe, signada por movimientos migratorios importantes y una familiaridad dolorosa con el desarraigo, le permitirá a mi generación, si sabe aprovecharlo, tener la oportunidad de construir un país más lúcido, más escéptico, más desengañado, consciente del alcance de la ambición, de las tentaciones de la corrupción, de los manejos del poder.
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