jueves, 20 de agosto de 2015

“Si Venezuela implosiona, ¿estarán listos sus vecinos?”

Otra vez, Venezuela sale en las noticias más ampliamente circuladas en el mundo. Ayer, aparecimos en el editorial de Bloomberg View. Traduje el artículo para beneficio de mis amigos que prefieren leer en español.

Bloomberg View
Latin America

“Si Venezuela implosiona, ¿estarán listos sus vecinos?”

19 de Agosto, 2015 10:16 AM EDT
Por los Editores

Venezuela se desliza hacia una crisis humanitaria. Las noticias de su última caída económica, o del último berrinche político del Presidente Nicolás Maduro, tienden a eclipsar este desastre en cámara lenta. Sin embargo, el peligro de una implosión venezolana va en aumento.
Quizás no esté al tanto de que Venezuela tiene la tasa de inflación más alta del mundo, una moneda colapsada y todas las probabilidades de incumplir el pago de sus deudas el año que viene. Puede que haya leído sobre la escasez de productos de consumo (de todo desde leche y pan hasta cerveza y condones), y del esfuerzo que se requiere para obtener moneda dura (secuestrar perros de raza para venderlos en Brasil es una forma).
Hay algunas cosas que podría haber pasado por alto. En el país con las reservas de petróleo más grandes del mundo, los pacientes trasplantados han recurrido a medicinas veterinarias para mantenerse vivos. Los coagulantes para tratar la hemofilia sólo están disponibles para emergencias. Se dificulta conseguir medicinas de toda clase fuera de las ciudades. La malaria y el dengue van en aumento; igualmente, la desnutrición, aunque el gobierno dejó de publicar los boletines epidemiológicos semanales el pasado mes de Noviembre y niega que miles de doctores estén renunciando y emigrando.
Cada día, los venezolanos forman colas frente a tiendas casi vacías. El 31 de Julio, un hombre fue muerto y varias docenas de personas arrestadas en San Félix, mientras consumidores iracundos saqueaban supermercados y atacaban a vehículos del estado. El potencial de rupturas más frecuentes y mortales del orden público es evidente, especialmente ahora que Maduro ha aumentado sus asaltos militares contra “acaparadores” que acumulan bienes “de contrabando”.
Los venezolanos que ponen sus esperanzas en las elecciones parlamentarias de Diciembre probablemente se desilusionarán. Importantes políticos opositores han sido encarcelados o descalificados para las elecciones. Maduro ha prometido excluir monitores [electorales] de la Unión Europea o de la Organización de Estados Americanos. Ha dicho que rehusará aceptar la derrota del partido de gobierno. La oposición lleva la ventaja en las encuestas, pero está dividida.
Arreglar la economía de Venezuela requerirá medidas – terminar los subsidios a los combustibles y los controles de precios, liberar las tasas de cambio, cortar el gasto público – que serán dolorosas por que han sido retrasadas tanto tiempo. Un programa así llama a la cooperación política, no a la creciente represión a la que está recurriendo Maduro.
Los vecinos de Venezuela tienen un interés especial en evitar este desastre. Brasil y Colombia están siendo distraídos por sus propios problemas, pero difícilmente pueden permitirse ignorar el alboroto en sus fronteras – especialmente cuando Maduro usa las disputas territoriales para agitar el fervor nacionalista. Desde fuera de la región, China ha financiado la prodigalidad venezolana con más de $50 mil millones en préstamos que encierran suministros de petróleo y tratos preferenciales; también debería querer mantener a su deudora alejada del borde del abismo.
Hay un límite a lo que pueden hacer los de afuera. Pero los grandes vecinos y los prestamistas tienen influencia y debería empezar a ejercerla. El mes pasado, las Naciones Unidas llamaron la atención de Venezuela, por su uso de detenciones preventivas, abusos de los derechos humanos, censura y retaliación contra los que llevan quejas a las UN. La OEA debería mantener la presión para enviar monitores electorales y debería considerar la evaluación de las condiciones políticas venezolanas de acuerdo a la Carta Democrática Inter-Americana.
Los EEUU, mientras tanto, debería intentar un poco de diplomacia creativa. La administración Obama puede usar su apertura con Cuba, y su próxima reunión con el Presidente chino Xi Jinping, para presionar a ambos países para que insistan en mejorar la conducta de Venezuela. Podría también intensificar sus propias insinuaciones a Maduro. En verdad, le ha dado pocas razones a los EEUU para levantar las sanciones y prohibiciones de viaje que puso correctamente a un puñado de funcionarios venezolanos. Deberían mantenerse – con una lista de objetivos más amplia en reserva.

Al mismo tiempo, los EEUU deberían ofrecer una asistencia humanitaria generosa al pueblo de Venezuela – suministros muy necesarios de medicinas, leche en polvo y otros alimentos básicos. Su disputa es con los gobernantes venezolanos, no con sus víctimas.

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