Como todos sabemos, gracias a las peripecias del cariacontecido ingreso petrolero de nuestro país y su manejo por nuestros gobernantes, ya CADIVI no tiene suficiente plata para darle su correspondiente “cupo de dólares” a cada viajero, a la tasa de cambio oficial. Debido a esto, las tarjetas de crédito venezolanas tienen la mala costumbre de rebotar justo en el peor momento, cuando los viajeros necesitan pagar sus cuentas y retornar a la patria.
En Europa, eso no pasa desapercibido. Existe allá un tratado, de nombre "Tratado de Shengen" -Shengen es la ciudad donde se firmó, que seguro queda a varios kilómetros al Noroeste de Timbuctú- en el cual se establece que un viajero que entre a cualquier país de la Unión tiene que disponer de al menos EUR 561.60 ó US$750, para ponerlo en términos que entendemos mas rápido. Si el viajero no puede presentar esta suma de dinero en la mano -ya que las tarjetas no le van a funcionar-, además del pasaje de vuelta, las autoridades de ese punto de entrada están en el derecho -y quién sabe si están también en la obligación- de negarle el acceso y mandarlo de vuelta a casa.
Las dos conclusiones inmediatas que se desprenden son: 1. si no quiere que lo devuelvan del aeropuerto, lleve su dinero; 2. ¿qué cree que le pase al dólar "permuta" debido a esta situación? Si tiene dudas en cuanto a esta última, le informo que de ayer por la tarde a esta mañana ya subió cinco céntimos, en cuanto los operadores leyeron los periódicos.
¡Buen viaje!
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