viernes, 8 de mayo de 2009

El problema del populista

No me canso de ver cómo en todas partes se cuecen habas. Y en este caso en particular, en Irán, a propósito de uno de los amigos entrañables del folklórico Chacumbele, como pueden ver en el artículo que sigue (traducción propia). Sin más preámbulo, ¡disfrútenlo!

Tomado de Economist.com, Mayo 5, 2009

 

El problema del populista

 

La incompetencia económica del presidente iraní le podría costar en las próximas elecciones.

 

CUANDO una vez le preguntaron sobre las inconsistencias aparentes en su política económica, Mahmoud Ahmadinejad, el presidente de Irán, dio una respuesta sincera:

-       “Ruego a Dios que yo nunca sepa de economía”.

Con un déficit creciente, la caída de los precios del petróleo, la inflación alzando el vuelo y el desempleo en aumento, la economía de Irán está en mal estado. Las plegarias del Sr. Ahmadinejad parecen haber sido respondidas.

El presidente de Irán fue elegido en el 2005 con una plataforma de reforma económica populista. Prometió poner las recompensas de la vasta riqueza petrolera de su país sobre las mesas de comedor de su pueblo y arrancar de raíz la corrupción. Con las elecciones presidenciales previstas para Junio próximo, el pueblo está inspeccionando su historial para ver cuán bien se ha desempeñado. Cuando el período de cinco días para el registro de candidatos a la presidencia se abrió el martes 5 de Mayo, el cuadro lucía bastante sombrío para el Sr. Ahmadinejad. Una confrontación creciente con Occidente sobre la energía nuclear y sus amenazas contra Israel pueden distraerlos de los problemas económicos nacionales temporalmente, pero la economía dictará como vote la mayoría de los iraníes.

Una cosa de la que no se puede culpar al Sr. Ahmadinejad es la volatilidad del precio del petróleo. La economía de Irán es fuertemente dependiente del petróleo y el gas, que suman más del 80% del ingreso del gobierno, así que la caída en picada de los precios es particularmente dolorosa. El petróleo llegó al máximo de casi $150 por barril en Julio del 2008, pero ahora flota alrededor de $50 (de vuelta adonde estaba cuando el Sr. Ahmadinejad tomó el mando) dejando la economía iraní magullada. Los altos precios animaron al Sr. Ahmadinejad a gastar con liberalidad, inyectando miles de millones de dólares en la economía a través de repartos y préstamos baratos. Ahora el fantasma de este derroche vuelve para atormentarlo. La inflación anda por encima del 25% y el costo de la comida y la vivienda, en particular, se han disparado. Y la actividad económica se está frenando; un informe reciente del banco central del país muestra un desplome en la inversión industrial y en la construcción, así como una rápida declinación en las reservas de divisas.

Irán también renguea debido a las sanciones económicas focalizadas aplicadas por los Estados Unidos, que han desanimado la inversión. Los altos precios del petróleo mitigaron en algo el efecto de las sanciones e Irán encontró algunas vías para evitarlas, volviéndose hacia países como Dubai para obtener préstamos y crédito. Pero la crisis financiera mundial llevó a que el crédito se secara y los precios petroleros más bajos hicieron que prestarle a Irán pareciera menos atractivo. Mientras el país sufre, los parlamentarios y financistas iraníes se sienten cada vez más hartos con la torpe gerencia de la economía del Sr. Ahmadinejad. En el 2008, Tahmasb Mazaheri, su segundo gobernador del banco central (el presidente despidió al primero), dio aviso que la política del Sr. Ahmadinejad de tasas de interés bajas podía desatar una hiperinflación. El presidente insistió en que no sólo se mantuvieran las tasas de interés bajas, sino por debajo de la tasa de inflación. El presidente ignoró esos avisos y entonces el banco central, desesperado, decidió negar el crédito.

Como resultado, la tasa de inflación bajo un poco, por primera vez desde que el Sr. Ahmadinejad llegó al poder. Posteriormente, el Sr. Mazaheri también fue despedido, pero el congelamiento del crédito continúa vigente. El Sr. Ahmadinejad también ha sido atacado por abolir la junta de planificación del estado, una institución de la era del shah considerada como una de las más competentes técnicamente, y por darle enormes contratos de construcción a la Guardia Revolucionaria. El cuerpo militar de élite de Irán no se distingue por sus habilidades comerciales.

En Marzo de este año, el Sr. Ahmadinejad propuso cortar los subsidios al petróleo, el gas y la electricidad. Así se podrían haber liberado unos $20 mil millones de dólares de fondos gubernamentales, proveyendo oportunamente al presidente con un gran rollo de efectivo para darles dinero a los iraníes pobres a tiempo para la elección. Temeroso de que esto hiciera subir los precios de la energía y la inflación, el parlamento lo despachó, igual que hizo con su negativa a aprobar el presupuesto.

A pesar de que será el asunto más importante en la elección, hasta ahora ningún candidato ha ofrecido un plan detallado de cómo sacar a la economía de Irán de sus presentes problemas. Mir-Hossein Mousavi, un candidato presidencial reformista, quizá podría tener una oportunidad mejor que las de sus rivales: se le recuerda con afecto por su manejo de la economía durante la larga guerra con Iraq. Él espera capitalizar esa reputación.

Como el presidente en funciones, el Sr. Ahmadinejad sigue siendo favorito para ganar. Pero muchos iraníes están molestos con su extraordinaria ineptitud económica. Aún si salpica un montón de dinero a su alrededor antes de la elección en Junio, un número significativo de iraníes no se dejará influir. 

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