martes, 27 de febrero de 2018

LOS VECINOS DE VENEZUELA NO PUEDEN ESPERAR AL TÍO SAM

[Este artículo fue traducido de Bloomberg. Como se puede ver, empieza a haber opiniones sobre la "intervención" necesaria para salir del desastre actual en Venezuela, quiénes, cómo y cuándo tienen que intervenir para desalojar a la mafia en el poder y comenzar a recuperar el país, y a minimizar el daño a los vecinos]

OPINIÓN| América Latina

 LOS VECINOS DE VENEZUELA NO PUEDEN ESPERAR AL TÍO SAM
UNA CRECIENTE CRISIS DE REFUGIADOS DEMANDA UNA RESPUESTA REGIONAL MÁS COORDINADA
Por Shannon O’Neill
26 de febrero de 2018
La crisis de refugiados de Venezuela está haciendo metástasis. De acuerdo con las Naciones Unidas, 5.000 venezolanos han huido a Curaçao, 20.000 a Aruba, 30.000 a Brasil, 40.000 a Trinidad y Tobago, y más de 600.000 a Colombia.
En el pasado, los Estados Unidos han liderado la respuesta a los éxodos disparados por crisis humanitarias o políticas. En 1980, le dio la bienvenida a 125.000 cubanos que se escapaban en lo que se llamó el éxodo del Mariel. Casi dos décadas después, les dio un respiro a decenas de miles de hondureños y nicaragüenses luego del huracán Mitch y a más de 250.000 salvadoreños luego de un terremoto en 2001. A pesar de que la región no siempre le ha dado la bienvenida a algunas intervenciones de los EEUU - piensen en Granada en 1983, Panamá en 1989 y América Central en los 80 – cuando surgen las crisis, las naciones latinoamericanas todavía miran al norte.
Sin embargo, aunque los Estados Unidos han presionado a Venezuela para que restablezca su democracia, la carga de enfrentar la implosión de la que era la nación más rica de América Latina ha recaído más pesadamente sobre sus vecinos. No pueden esperar hasta que unos EEUU distraídos y menos benevolentes hagan lo correcto.
A pesar de promocionar el “año del compromiso” con América Latina y desenterrar ecos desafortunados de la doctrina Monroe, la administración Trump parece tener pocas ganas de liderar en las Américas – al menos en los problemas más urgentes de la región. Se salió del Acuerdo Trans-Pacífico, dejando abandonados a Canadá, Chile, México y Perú, y ha amenazado repetidamente con acabar el Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte. Se fue del acuerdo climático de París, que las naciones latinoamericanas apoyaban ampliamente, y echó atrás la apertura con Cuba.
En cuanto a los latinoamericanos mismos, es más probable que los EEUU los saque a patadas o les atraviese un muro, a que les extienda una alfombra de bienvenida. Recientemente terminó el Status Protegido Temporal de 200.000 salvadoreños y 60.000 haitianos (el destino de unos 87.000 hondureños aún no está claro), y parece que va a empezar a deportar a 700.000 “Soñadores” mexicanos y centroamericanos, inmigrantes indocumentados que fueron traídos a los Estados Unidos de niños. No solo ha disminuido a la mitad el número de plazas para refugiados; está apurando las solicitudes de asilo de solicitantes recientes – una decisión que probablemente tenga como resultado la rápida repatriación de muchos solicitantes de asilo venezolanos que de otro modo podrían trabajar mientras se procesan sus casos.
Altos diplomáticos estadounidenses han señalado la difícil situación humanitaria y los abusos de los derechos humanos de Venezuela. Pero en su gira por cinco países de la región, el Secretario de Estado Rex Tillerson se enfocó más en construir apoyo para nuevas sanciones, que en atender esta catástrofe más inmediata. Y aunque la administración Trump le ha ofrecido ayuda a Venezuela -que el gobierno de Maduro ha rechazado repetidas veces – los países que están recibiendo a los refugiados de Venezuela han sido dejados mayormente por su cuenta.
Colombia, que lleva la carga más pesada, le ha otorgado su propia versión de status protegido temporal a 150.000 venezolanos, mientras recorta el otorgamiento de nuevas visas, refuerza el patrullaje militar para contener los cruces ilegales de la frontera, y visita los campos de refugiados en Turquía para aprender buenas prácticas. Brasil declaró el estado de emergencia en el estado fronterizo de Roraima, duplicando las tropas y aumentando los servicios básicos para las decenas de miles de recién llegados. Y aunque generalmente no son la primera parada para los que escapan, Perú y Argentina han aflojado en algo los requisitos para las visas, permitiendo que más emigrantes venezolanos se queden y trabajen.
Estas respuestas de a poco no serán suficientes. La inundación de gente ya está agobiando a las economías, escuelas, sistemas de salud y alojamiento básico fronterizos en Colombia, Brasil y hasta en Ecuador. Los vecinos caribeños de Venezuela, muchos con instituciones débiles y aún en recuperación después de los huracanes del año pasado, están mal equipados para enfrentar esos nuevos retos. Y los que se escapan son vulnerables al tráfico de personas y la extorsión, alimentando a las organizaciones trasnacionales del crimen y la droga. La ola amenaza con cambiar la política en este año electoral latinoamericano, cuando casi dos de cada tres votantes se prepara a votar para elegir un nuevo presidente.
Desafortunadamente, la coordinación entre las naciones latinoamericanas no será fácil. A pesar de toda la retórica de cooperación y de casi dos docenas de cuerpos colegiados económicos y diplomáticos regionales, los países y sus esfuerzos de política exterior siguen siendo bastante solitarios. No hay una OTAN, ni una verdadera unión aduanera, y hasta ahora no hay un cuerpo regional capaz y dispuesto para actuar decisivamente. En cambio, y en parte debido al peso y el liderazgo del gigante del norte, casi todos los países han adoptado históricamente un mantra de no-intervención hacia sus vecinos.
Pero las naciones latinoamericanas de hoy son distintas de sus encarnaciones más pasivas del pasado. Con un PTB de más de $5 trillones, y dos de las 15 economías más grandes del mundo, el creciente peso económico de la región significa que hay más recursos disponibles para atender los costos de una crisis como esta. México se unió recientemente a la creciente lista de naciones latinoamericanas que contribuyen a las misiones de mantenimiento de la paz. Casi todos los países son democráticos, y la mayoría están comprometidos a diseminar esas ideas ampliamente. Y el efecto de desbordamiento de la crisis venezolana sobre sus propias poblaciones votantes ha creado un sentido compartido de la urgencia.
Aliviar la crisis humanitaria va a requerir coordinar y financiar esfuerzos masivos para dar alimentos, agua, alojamiento y medicinas a los que ya están desplazados y a los muchos más por venir. Va a significar crear escuelas (generalmente la mitad de los refugiados son niños), construir infraestructura, y encontrar formas de que los exiliados se ganen la vida. Y significará lograr que más naciones reciban a los exiliados forzados, aliviando el aplastamiento de los vecinos inmediatos de Venezuela.
Para  galvanizar una respuesta, los líderes de la región deberían acudir al Banco Interamericano de Desarrollo y al Banco Mundial, para conseguir el trámite rápido de préstamos baratos para la infraestructura enfocada en los refugiados. Deberían presionar a China, que no solo codicia las materias primas latinoamericanas sino sus crecientes mercados de consumo, tanto para que apoye ese esfuerzo como para que le aclare a Venezuela que su conducta debe cambiar. Y deberían desafiar fuertemente a Cuba, que ha apoyado y aconsejado al presidente Maduro según desmantelaba la democracia de su país y diseñaba su autodestrucción económica y financiera.
Latinoamérica no necesita un mecanismo nuevo para buscar esta respuesta más cohesionada y global – el grupo de Lima de 14 países, de reciente creación, debería bastar, y abundan los cuerpos diplomáticos más antiguos, desesperados por conseguir una misión. Sus naciones solo necesitan convocar la voluntad y el liderazgo para recoger el manto humanitario. Si lo hacen, es posible que sea el turno de que los Estados Unidos los siga.

lunes, 30 de octubre de 2017

Rusia usa su gigante petrolero, ROSNEFT, como una herramienta de política exterior

[El artículo siguiente da una idea bastante aproximada de los problemas del gobierno Maduro para financiarse. La traducción es para mis amigos que prefieren leer en español]

Por Clifford Krauss, 29 de octubre de 2017.
The New York Times
Energía y Ambiente
Rusia está esgrimiendo el petróleo cada vez más como una herramienta geopolítica, extendiendo su influencia alrededor del mundo y desafiando a los intereses de los Estados Unidos.
Pero Moscú se arriesga a encontrar problemas, prestando dinero y haciendo negocios en economías turbulentas y climas políticos inestables.
La estrategia enfrenta una prueba crucial esta semana en Venezuela, un aliado ruso que debe conseguir un millardo de dólares para evitar caer en mora en sus deudas.
Rusia ha estado haciendo una ráfaga de préstamos y negocios centrados en la industria petrolera venezolana, un dinero que podría marcar la diferencia entre el colapso del gobierno y su supervivencia. A cambio, Moscú consigue una ventaja estratégica en el patio trasero de Washington.
El presidente Nicolás Maduro de Venezuela, se volvió puras sonrisas este mes durante una visita a Moscú buscando apoyo financiero fresco, agradeciéndole a Vladimir V. Putin “por su apoyo, tanto político como diplomático.”
Moscú, a través del gigante petrolero estatal Rosneft, está tratando de ganar influencia en lugares en donde los Estados Unidos han tropezado o donde el poder está en el aire. Sus esfuerzos son impulsados también por la necesidad, pues las sanciones estadounidenses y europeas han forzado a Rosneft a encontrar nuevos socios e inversiones en otros sitios.
La compañía, en la que Rusia ha confiado desde hace mucho para que financie su gobierno y sus programas sociales, ha empujado profundamente en países políticamente sensibles como Cuba, China, Egipto y Vietnam, así como en lugares tumultuosos donde los intereses estadounidenses están en juego.
Rosneft está buscando negocios en el Mediterráneo oriental y en África, áreas de importancia táctica más allá de la escena energética. Está esgrimiendo influencia política y económica en el norte de Irak, haciendo grandes negocios de petróleo y gas natural en territorio kurdo. Y está pescando para hacer ofertas por el control de campos petroleros iraníes, a medida que aumentan las tensiones entre Teherán y Washington.
Rosneft está “tratando de crear oportunidades que pueden ser extremadamente valiosas de modo geopolítico,” dijo Amy Myers Jaffe, una experta en seguridad energética en el Consejo de Relaciones Exteriores. “Le dan realmente un apalancamiento increíble al gobierno ruso en asuntos de importancia para los Estados Unidos.” El nuevo empuje de Rosneft sigue a las restricciones impuestas a Rusia.
Rosneft, que es 50% propiedad del estado ruso, está liderizada por Igor I. Sechin, un ex Vice Primer Ministro y un aliado cercano de Putin. Luego de la invasión rusa de Crimea hace tres años, los Estados Unidos y Europa castigaron al Sr. Sechin con sanciones.
Desde entonces, Exxon Mobil y otras compañías petroleras occidentales se han visto impedidas de usar su experticia tecnológica para ayudar a Rosneft a desarrollar campos petroleros y gasíferos en aguas profundas, en esquistos y árticos. Eso ha forzado a Rosneft a buscar por todas partes nuevos campos petroleros para remplazar sus reservas.
Hasta ahora, la mayor apuesta de Rosneft es Venezuela. En los últimos tres años, Rusia y Rosneft han provisto a Caracas con $10 millardos en asistencia financiera, ayudando a Venezuela a evitar caer en cesación de pagos al menos dos veces, bajo el peso de una deuda de hasta $150 millardos.
Rusia está efectivamente tomando el lugar de China, como el principal banquero de Venezuela. Mientras el presidente Hugo Chávez estaba en el poder, China le prestó a Venezuela decenas de millardos de dólares para proyectos, que serían pagados con petróleo. Pero China calladamente ha dejado de otorgar nuevos préstamos, dejando que Rusia llene el vacío.
El año pasado, Rosneft tomó un 49.9% de las acciones de Citgo, la compañía estadounidense de refinación petrolera subsidiaria de la petrolera estatal de Venezuela, como garantía por un préstamo de $1.5 millardos a la compañía venezolana. La compañía petrolera estatal, Petróleos de Venezuela, o Pdvsa, usó el dinero para pagar sus cuentas y mantener sus campos petroleros en producción.
El negocio fue criticado agudamente por los miembros del Congreso estadounidense, que advirtieron que una eventual toma rusa de Citgo podría amenazar la seguridad nacional. Citgo opera aproximadamente el 4 por ciento de la capacidad de refinación estadounidense y tiene una amplia red de oleoductos y estaciones de servicio. Y Caracas sigue siendo altamente dependiente del mercado estadounidense, pues pocas refinerías fuera de los Estados Unidos puede procesar grandes cantidades de crudo venezolano de baja calidad.
En Abril, Rosneft fue más allá, suministrando un pago anticipado de $1 millardo por petróleo crudo producido por la empresa petrolera estatal, una ayuda crucial para que esta pudiera hacer pagos de casi $3 millardos a los poseedores de bonos.
Pero las inversiones rusas no están exentas de riesgo. Los campos petroleros venezolanos están envejeciendo y en mal estado. Las empresas de servicios petroleros se han estado retirando, luego de años de pagos parciales por su trabajo. Y las nuevas sanciones estadounidenses han prohibido en gran parte las transacciones de préstamos a largo plazo con Pdvsa u otras inversiones en nueva deuda del gobierno, agudizando las estrecheces financieras de Venezuela.
“Rusia es el único país que puede darle a Venezuela un salvavidas para sobrevivir el resto del año,” dijo Francisco J. Monaldi, un analista de políticas energéticas en la Universidad Rice. “China tiene la capacidad, pero no tiene la voluntad de hacerlo, y por eso es que Venezuela está tan desesperada por conseguir el apoyo ruso. No hay otra salida.”
Venezuela es ahora la segunda fuente de petróleo de Rosneft, después de Rusia misma. La compañía rusa revende cerca de 225.000 barriles diarios de petróleo venezolano, equivalente al 13% de las exportaciones venezolanas.
Más petróleo venezolano podría fluir hacia Rusia en poco tiempo. Rosneft está negociando con la compañía petrolera estatal venezolana para cambiar su garantía en Citgo por participaciones en campos petroleros, como una forma de obtener más reservas a precios de gallina flaca y evitar cualquier sanción u otros problemas legales con Washington.
“Hay decididamente un elemento geopolítico en estos negocios,” dijo Helima Croft, jefe global de estrategias de materias primas en RBC Capital Markets. “Rosneft adquiere propiedades baratas en Venezuela, pero ¿expande también la influencia de Vladimir Putin en nuestro patio trasero? Sí.”
El modelo venezolano de Rosneft también está encontrando tracción en el Medio Oriente, donde Rusia está buscando maneras de apoyar al gobierno de Bashar al-Assad en Siria, hacer amigos en Irán y ayudar a meter una cuña entre Turquía y Occidente.
En la región kurda del norte de Irak, Moscú está buscando ejercer influencia sobre las partes enfrentadas. Sigue un referendo kurdo que favorece la independencia de Bagdad, que tanto los Estados Unidos como Turquía temen que traiga más inestabilidad a la región.
Rusia también se opone formalmente a la independencia kurda. Pero eso no impidió que Rosneft firmara un acuerdo de $400 millones con el gobierno regional del Kurdistán este mes, para obtener derechos de perforación de campos petroleros.
Rusia ya invirtió más de $4 millardos el año pasado en los campos petroleros del Kurdistán. Y Rosneft se convirtió en el mayor comprador de petróleo kurdo, a medida que las empresas petroleras occidentales reducían sus inversiones.
“Para Rusia, tener un rol e influencia sobre la política kurda es útil en Siria, y es útil como contrapresión sobre Turquía también,” dijo David L. Goldwyn, quien fue el principal diplomático especializado en energía en el primer gobierno de Obama.
Todos esos tejemanejes parecen ser más agresivos en Venezuela, donde el compromiso ruso es más riesgoso.
El gobierno venezolano dice que tiene más de $9 millardos en reservas internacionales, aunque gran parte de ellas son oro que debe ser enviado al exterior a venderse, una transacción que puede tomar tiempo.
El siguiente gran pago se vence el jueves, por $1,2 millardos, del vencimiento de un bono de Pdvsa. Coqueteando con caer en mora, la compañía corrió a pagar la mayor parte, pero no todo un bono de $1 millardo que vence el viernes, mientras el país aún debe $350 millones en pagos que vencen este mes.
Las sanciones estadounidenses contra Venezuela, la producción en decadencia y los problemas recurrentes en líneas de tuberías y en los puertos han llevado a varios refinadores a volverse hacia otros países latinoamericanos en busca de suministros.
Si hay una cesación de pagos y el gobierno de Maduro colapsa, Rusia y Rosneft podrían quedar con préstamos incobrables que un nuevo gobierno no quiera pagar.

“¿Continuará Rusia financiando a Venezuela?” se preguntaba Siobhan Morden, jefe de estrategia de ingresos fijos de Latinoamérica de Nomura Holdings. “Eso es todavía una interrogante. No sé.”

jueves, 18 de agosto de 2016

FT VIEW: LOS PROBLEMAS DE VENEZUELA YA NO SE PUEDEN IGNORAR

FT VIEW [LA VISIÓN DEL FINANCIAL TIMES]
18 de Agosto de 2016 7:05 PM BST
LOS PROBLEMAS DE VENEZUELA YA NO SE PUEDEN IGNORAR
Sus múltiples crisis se vuelven cada vez más problemas internacionales
Terrorismo, acuerdos comerciales “injustos” e inmigración. Pocos asuntos de política internacional han tenido un papel en la elección presidencial de los EEUU. Uno que podría definirla, sin embargo, ha pasado sin mención: Venezuela. El país ha sido por mucho tiempo un perro dormido que los vecinos han preferido dejar echado. Eso puede que no sea posible por mucho más tiempo. Cada vez más, las múltiples crisis del país se vuelven problemas internacionales.
Este mes, en escenas que recuerdan la caída del Muro de Berlín, unos 130.000 venezolanos inundaron la frontera previamente cerrada con Colombia para comprar bienes de primera necesidad, tales como comida y medicinas, que no podían encontrar en casa. El número de venezolanos solicitantes de asilo se ha disparado. Las solicitudes a los EEUU se han duplicado desde el año pasado; para Mayo, Brasil y Guyana informaban sobre deportaciones de  refugiados venezolanos buscando comida.
Mientras tanto, la malaria ha reaparecido luego de que Venezuela fuese el primer país en erradicarla de áreas pobladas, en 1961.  Es posible que aparezcan otras enfermedades, amenazando la salud pública regional. También está el rol de Venezuela como un conducto para las drogas ilegales contrabandeadas al norte hacia los EEUU, al este hacia Brasil, África y de allí a Europa.
La respuesta usual de Caracas a las críticas es negar el problema o echarle la culpa a alguien más. Ban Ki-moon, el Secretario General de las Naciones Unidas, dijo este mes que estaba “muy preocupado” por la naciente “crisis humanitaria” de Venezuela, causada por la “inestabilidad política”. En respuesta, el embajador venezolano ante las Naciones Unidas dijo que la descripción del problema era “extraña” y cuestionó la información del Sr. Ban. Aún más recientemente, Argentina, Brasil y Paraguay bloquearon a Venezuela de la presidencia rotativa del grupo comercial regional Mercosur. Como lo expresó el ministro del Exterior de Brasil: “Venezuela no se puede cuidar ni ella misma.” La respuesta característica del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, fue que Mercosur había sido tomado en un “golpe de estado de la derecha.”
El país necesita un nuevo gobierno pronto, y ciertamente antes de las elecciones de 2018. Afortunadamente, hay un proceso constitucional que podría acelerar el cambio: el llamado referendo revocatorio. El Sr. Maduro se ha resistido naturalmente a esta iniciativa de la oposición que podría desalojarlo del cargo. Sin embargo, aunque las autoridades que él controla han entorpecido el proceso, no lo han matado. Esto es un testimonio de la mala posición del Sr. Maduro hasta entre los chavistas que el dice representar. Una encuesta de Julio reveló que solo 7 por ciento de ellos quieren reelegirlo.
La salida del Sr. Maduro es por lo tanto inevitable; casi todos quieren que se vaya. La gran pregunta es cómo sucederá. Si el referéndum se celebra antes del 10 de Enero, se llamará a nuevas elecciones. Esto es lo que la oposición y los países más grandes del hemisferio quieren. Si la votación se celebra más tarde, el vicepresidente del Sr. Maduro completará el periodo. Los eventos pueden precipitar el cambio más temprano. La oposición planifica una manifestación masiva para el 1º de Septiembre. Como en el pasado, agentes sin escrúpulos de ambos bandos podrían trastornar la marcha. ¿Podría el ejército o la guardia nacional disparar sobre los civiles para restaurar el orden? Es posible. Y, si lo hacen, ¿cuál será la respuesta internacional?
La sangre en Caracas podría desviar el debate en la elección de los EEUU. Más importante aún, podría requerir una respuesta latinoamericana activa. Unasur, el órgano regional que está tratando de intermediar en conversaciones entre la oposición y el gobierno, es el candidato obvio – a pesar de que cualquier participación venezolana más profunda podría marcar una ironía terrible. Hugo Chávez, el mentor del Sr. Maduro, proclamó al grupo como “el blindaje contra la barbarie” de Sur América cuando fue su cofundador hace 12 años. A menos que la comunidad internacional pueda ayudar a aliviar la trágica situación venezolana, esas pueden resultar sus palabras más ciertas.

lunes, 4 de julio de 2016

Los EEUU tienen mayores reservas de petróleo que Arabia Saudita o Venezuela, según un nuevo estudio

Hay muchas cosas que dependen de las reservas petroleras de Venezuela, entre las cuales su crédito no es de las menos importantes. El gobierno -el de Chávez, que es lo mismo que el actual- se esforzó y gastó una millonada para poder llenarse la boca diciendo que tenía las mayores reservas de petróleo del mundo. Bueno, parece que esa "idea" llegó hasta hoy. No creo que nadie en el mundo, los que saben de petróleo y los que no saben tampoco, vuelvan a creer ese cuento.
Antes podíamos decir que éramos un pobre país rico. Ya no.
Lo que sigue es el reporte periodístico de un informe independiente sobre reservas petroleras de la empresa Rystad Energy, de Noruega.
La traducción es mía, para facilitar la lectura a mis amigos que prefieren leer en español.



Londres (Platts)-4 de Julio de 2016 1224 pm EDT/1624 GMT
El estudio de Rystad incluye petróleo aún por descubrir.
Las reservas mundiales están en 2.09 trillones de barriles.
Las reservas de Venezuela están bastante por debajo de los datos oficiales.
Los EEUU tienen las reservas de petróleo recuperable más grandes del mundo, lo que lo coloca por delante de gigantes de la OPEP tales como Arabia Saudita y Venezuela, y de Rusia, de acuerdo a un estudio independiente del grupo noruego de investigación Rystad Energy.
En estimados que incluyen las reservas potenciales en descubrimientos recientes y en campos todavía por descubrir, las reservas de los EEUU totalizan unos 264 billones de barriles, por delante de los 256 billones de barriles de Rusia y los 212 billones de barriles de Arabia Saudita.
Para los EEUU, más de la mitad de las reservas remanentes de petróleo están formadas por petróleo de esquisto no convencional, de las que solo en el estado de Texas hay más  de 60 billones de barriles de petróleo de esquisto, dijo Rystad citando los  nuevos datos.
Usando una medida más conservadora basada en las reservas probadas y probables en campos existentes, los EEUU tienen unos 40 billones de barriles de petróleo, muy por debajo de los 120 billones de barriles de Arabia Saudita, pero casi el doble de los 22 billones de barriles de Venezuela, según muestran los números de Rystad.
Rystad diferencia sus estimados de los del muy seguido Statistic Review de BP, que están basados en informes de autoridades nacionales que a menudo usan un conjunto “opaco” de normas de información.
Algunos países como Venezuela, por ejemplo, informan reservas oficiales que aparentemente incluyen petróleo aún por descubrir, notó Rystad, mientras que otros como China y Brasil informan estimados conservadores basados solo en campos existentes. Las cifras de Rystad incluyen solo crudo y condensados, mientras que las cifras de BP también incluyen líquidos de gas natural.
“Se aplica una norma establecida para estimar las reservas para todos los campos en todos los países, de modo que las reservas se puedan comparar manzanas con manzanas en todo el mundo, tanto para los países OPEP como no-OPEP,” dijo Rystad en una declaración.
GOLPE A LAS RESERVAS VENEZOLANAS
Según el informe, Venezuela sufre el mayor impacto por los criterios de reservas de Rystad, comparado con las reservas probadas de petróleo oficiales informadas por el país. Reportadas ampliamente como las reservas de petróleo más grandes del mundo, por delante de las de Arabia Saudita, Venezuela solo tiene 95 billones de barriles de reservas según la medida más amplia de Rystad, muy por debajo de los 301 billones del estimado oficial.
Como resultado, las reservas totales de la OPEP, excluyendo los campos por descubrir, forman un poco más de la mitad del total mundial. En contraste, BP estima que más del 70% de las reservas mundiales se sitúan en países miembros de la OPEP.
Basados en la medida más amplia, las reservas de petróleo mundiales totales se sitúan en 2,09 trillones de barriles, según Rystad, comparado con el último estimado de BP de 1,69 trillones de barriles a fines de 2015.
Basados en la producción mundial actual de crudo y condensados de 81,2 millones de barriles por día, o 30 billones de barriles por año, las reservas mundiales de petróleo durarían unos 71 años, según Rystad.
La recuperación no convencional de petróleo representa el 30% del las reservas recuperables de petróleo mundiales, mientras que el petróleo costa afuera contabiliza el 33% del total.
El estudio confirma estimado previos de BP indicando que las principales empresas petroleras integradas  controlan una pequeña fracción de las reservas mundiales. Las siete mayores compañías petroleras del mundo tienen menos del 10% de las reservas totales, dijo Rystad.

martes, 22 de diciembre de 2015

El estado venezolano va de mal a peor

Casi nunca abro el FT. Hoy, por casualidad, lo abrí y me encontré con el artículo que sigue, que traduje para mis amigos que prefieren leer en español. Lo importante aquí no es el hecho de que FT haya expresado su opinión sobre Venezuela, insistiendo en la necesidad de acuerdos que permitan enfrentar la crisis que empeora todos los días. Probablemente, ya la abrumadora mayoría de los que vivimos en Venezuela sabe esto. Lo que hay que rescatar es que mucha gente en todo el planeta leerá este artículo (¡la versión original, claro!) y se dará cuenta de: a) la vergonzosa actitud de la mayoría de los países de la región frente a nuestro caso; b) la posibilidad cierta de una crisis humanitaria a muy corto plazo (si no es que ya la podemos calificar como tal); c) la inviabilidad del gobierno actual, sin cambios de política sustanciales, que acarrea problemas a los demás países cercanos, sea por geografía (Colombia, Ecuador, Brasil, Panamá, y más allá Argentina, Chile, Uruguay), o por otros lazos (EEUU, España, Portugal, Italia y algunos otros países europeos en menor medida). Nótese que no creo que el gobierno actual llame a negociaciones de ninguna clase a la oposición. ¡Feliz lectura!

La Opinión del FT, 20 de Diciembre de 2015, 1:13 PM.

El estado venezolano va de mal a peor

Esta parodia de gobierno debe ser llamado a rendir cuentas

Nicolás Maduro, el presidente de Venezuela, figura entre los líderes más bestiales del mundo. Este mes, su partido Socialista gobernante sufrió su peor derrota electoral en 17 años, gracias a una crisis nacional marcada por una inflación de tres dígitos, la escasez de alimentos y una violencia creciendo en espiral.
El voto llevó a la oposición a ganar con una súper-mayoría de dos tercios en la Asamblea Nacional; en teoría, ahora puede desafiar a la administración del Sr. Maduro y legislar políticas para evitar que el país caiga más por el barranco. La respuesta del gobierno sigue siendo descaradamente ignorante. “Deja que los perros sigan ladrando,” como dijo Diosdado Cabello, el segundo hombre más poderoso de Venezuela.
Tristemente, la intransigencia y la criminalidad parecen ser típicas del gobierno del Sr. Maduro. Varios altos funcionarios están bajo investigación por las autoridades de los EEUU por tráfico de drogas. Un lucrativo negocio de contrabando de gasolina, mayormente manejado por los militares, se estima que vale unos $4 mil millones por año. Cualquier inclinación hacia la anarquía de la administración se revela ahora, en rehusarse a reconocer lo que significa su derrota electoral.
En lugar de oír a los votantes, el Sr. Maduro ha respondido con espíritu vengativo y subversión de la democracia. Ha amenazado con castigar a los antiguos seguidores por votar por la oposición. Antes de la reapertura de la Asamblea Nacional el 5 de Enero, ha amontonado jueces en la Corte Suprema que pueden anular su legislación. Ha anunciado la creación de un parlamento “comunal” paralelo que usurpará el rol de la asamblea. Ha prometido profundizar la así llamada Revolución Bolivariana y sus políticas obviamente fracasadas. “Rebelión, rebelión, rebelión,” como ha dicho el Sr. Maduro.
Algo de esto es mero teatro político. Como Donald Trump en los EEUU, el chavismo toma a los insultos y la confrontación como los principios cardinales. Aún así, el Sr. Maduro ha respondido a la derrota en la peor forma posible, rociando culpa por los problemas del país sobre todos menos él mismo.
Esta no es la gran “batalla ideológica” que él pretende que sea. Cuando Jorge Giordani, un ministro de gabinete marxista en el gobierno de Hugo Chávez, criticó a la administración por su incompetencia y sus facciones, fue perseguido por títeres del gobierno. Más bien, estas son las movidas de un estado y sus compinches que ven las señales escritas en la pared.
La comunidad internacional ha permanecido muda sobre los fracasos de Venezuela por demasiado tiempo. Excepto por los EEUU, el resto del mundo ha preferido dejar al Sr. Maduro solo, sea por una corrección política mal entendida debido a sus políticas sociales, o por deferencia a sus reservas petroleras, mayores que las de Arabia Saudita.
Ese silencio se ha vuelto ensordecedor, según empeora la crisis venezolana. Su economía depende del precio del petróleo, que continúa cayendo. Hay una escasez severa de bienes de primera necesidad. La hiperinflación es una posibilidad real. Hay un auténtico riesgo de una crisis humanitaria.
A pesar de su odio mutuo, es difícil creer que los moderados de todo el espectro político no se puedan sentar a forjar políticas para enfrentar la crisis.
Para ayudarlos, los aliados tradicionales de Venezuela, tales como Cuba, Brasil y Bolivia, necesitan empujar a los duros del gobierno a la mesa de negociaciones. Eso está en el mejor interés de esos gobiernos, pues una Venezuela en llamas solo disminuirá su propia posición. Lo mismo vale para los aliados internacionales de la oposición.

A menos que haya cohabitación, cooperación y los comienzos de una coalición, la triste comedia de Venezuela se volverá una tragedia. El riesgo es que aparezca una mancha vergonzosa en la región que se ha jactado de su manifiesta creencia en la democracia.

jueves, 20 de agosto de 2015

“Si Venezuela implosiona, ¿estarán listos sus vecinos?”

Otra vez, Venezuela sale en las noticias más ampliamente circuladas en el mundo. Ayer, aparecimos en el editorial de Bloomberg View. Traduje el artículo para beneficio de mis amigos que prefieren leer en español.

Bloomberg View
Latin America

“Si Venezuela implosiona, ¿estarán listos sus vecinos?”

19 de Agosto, 2015 10:16 AM EDT
Por los Editores

Venezuela se desliza hacia una crisis humanitaria. Las noticias de su última caída económica, o del último berrinche político del Presidente Nicolás Maduro, tienden a eclipsar este desastre en cámara lenta. Sin embargo, el peligro de una implosión venezolana va en aumento.
Quizás no esté al tanto de que Venezuela tiene la tasa de inflación más alta del mundo, una moneda colapsada y todas las probabilidades de incumplir el pago de sus deudas el año que viene. Puede que haya leído sobre la escasez de productos de consumo (de todo desde leche y pan hasta cerveza y condones), y del esfuerzo que se requiere para obtener moneda dura (secuestrar perros de raza para venderlos en Brasil es una forma).
Hay algunas cosas que podría haber pasado por alto. En el país con las reservas de petróleo más grandes del mundo, los pacientes trasplantados han recurrido a medicinas veterinarias para mantenerse vivos. Los coagulantes para tratar la hemofilia sólo están disponibles para emergencias. Se dificulta conseguir medicinas de toda clase fuera de las ciudades. La malaria y el dengue van en aumento; igualmente, la desnutrición, aunque el gobierno dejó de publicar los boletines epidemiológicos semanales el pasado mes de Noviembre y niega que miles de doctores estén renunciando y emigrando.
Cada día, los venezolanos forman colas frente a tiendas casi vacías. El 31 de Julio, un hombre fue muerto y varias docenas de personas arrestadas en San Félix, mientras consumidores iracundos saqueaban supermercados y atacaban a vehículos del estado. El potencial de rupturas más frecuentes y mortales del orden público es evidente, especialmente ahora que Maduro ha aumentado sus asaltos militares contra “acaparadores” que acumulan bienes “de contrabando”.
Los venezolanos que ponen sus esperanzas en las elecciones parlamentarias de Diciembre probablemente se desilusionarán. Importantes políticos opositores han sido encarcelados o descalificados para las elecciones. Maduro ha prometido excluir monitores [electorales] de la Unión Europea o de la Organización de Estados Americanos. Ha dicho que rehusará aceptar la derrota del partido de gobierno. La oposición lleva la ventaja en las encuestas, pero está dividida.
Arreglar la economía de Venezuela requerirá medidas – terminar los subsidios a los combustibles y los controles de precios, liberar las tasas de cambio, cortar el gasto público – que serán dolorosas por que han sido retrasadas tanto tiempo. Un programa así llama a la cooperación política, no a la creciente represión a la que está recurriendo Maduro.
Los vecinos de Venezuela tienen un interés especial en evitar este desastre. Brasil y Colombia están siendo distraídos por sus propios problemas, pero difícilmente pueden permitirse ignorar el alboroto en sus fronteras – especialmente cuando Maduro usa las disputas territoriales para agitar el fervor nacionalista. Desde fuera de la región, China ha financiado la prodigalidad venezolana con más de $50 mil millones en préstamos que encierran suministros de petróleo y tratos preferenciales; también debería querer mantener a su deudora alejada del borde del abismo.
Hay un límite a lo que pueden hacer los de afuera. Pero los grandes vecinos y los prestamistas tienen influencia y debería empezar a ejercerla. El mes pasado, las Naciones Unidas llamaron la atención de Venezuela, por su uso de detenciones preventivas, abusos de los derechos humanos, censura y retaliación contra los que llevan quejas a las UN. La OEA debería mantener la presión para enviar monitores electorales y debería considerar la evaluación de las condiciones políticas venezolanas de acuerdo a la Carta Democrática Inter-Americana.
Los EEUU, mientras tanto, debería intentar un poco de diplomacia creativa. La administración Obama puede usar su apertura con Cuba, y su próxima reunión con el Presidente chino Xi Jinping, para presionar a ambos países para que insistan en mejorar la conducta de Venezuela. Podría también intensificar sus propias insinuaciones a Maduro. En verdad, le ha dado pocas razones a los EEUU para levantar las sanciones y prohibiciones de viaje que puso correctamente a un puñado de funcionarios venezolanos. Deberían mantenerse – con una lista de objetivos más amplia en reserva.

Al mismo tiempo, los EEUU deberían ofrecer una asistencia humanitaria generosa al pueblo de Venezuela – suministros muy necesarios de medicinas, leche en polvo y otros alimentos básicos. Su disputa es con los gobernantes venezolanos, no con sus víctimas.

martes, 11 de agosto de 2015

5 Cosas que saber sobre la devaluación de la moneda china

Tengo la impresión de que desde 2008, la economía global ha tenido graves problemas, que quizás se sienten como si la recesión no hubiera terminado. Me imagino que la década de los años treinta se sentía así como ahora. Para añadir detalles a esta imagen, me parece que es pertinente el siguiente artículo de ayer (10 de Agosto de 2015, 11:57 PM) de Carlos Tejada del The Wall Street Journal.
Me tomé la libertad de traducirlo, para mis amigos que prefieren leer en español.

The Wall Street Journal

5 Cosas que saber sobre la devaluación de la moneda china

Por: Carlos Tejada 10 de Agosto de 2015, 11:57 PM

China devaluó su moneda el martes en una forma que la deja 1.9% más débil comparada con el dólar estadounidense. La movida probablemente tendrá un efecto dominó a través de los mercados financieros, además de los efectos políticos, pues China es el comerciante más grande del mundo y el yuan cada vez se usa más en el exterior. A continuación están las cinco cosas que Ud. necesita saber sobre la última movida de Pekín.


  1. ¿Qué hizo China? 
    China controla herméticamente el valor de su moneda, estableciendo una tasa de cambio diaria entre el yuan y el dólar. En el mercado interno chino, se permite que los comerciantes empujen el valor del  yuan 2% hacia arriba o hacia abajo cada día. Pero el Banco Popular de China a menudo ignora esas señales del mercado, cuando establece la tasa de cambio del día siguiente, subiendo a veces el valor del yuan cuando el mercado está dando señales de que percibe al yuan más débil. El banco central chino declaró que ahora tomará en cuenta las transacciones del día anterior – y atribuye esa movida a la fuerte caída del yuan del martes.
  2. ¿Por qué lo hizo? 
    En su declaración, el BPC dijo que desea poner al yuan más en línea con el mercado. Pero la movida ocurre cuando el importante sector exportador chino se ha debilitado – y el crecimiento global de la economía china parece lento. El pasado fin de semana, los funcionarios de la aduana china declararon que las exportaciones de Julio cayeron 8,3%, comparadas con Julio del año pasado. Una moneda más débil ayudaría a China a vender sus productos en el exterior.
  3. ¿Qué significa esto para el resto del mundo?
    El efecto más inmediato es que le da señales al mundo de que Pekín piensa que la economía china está tosiendo. La movida sugiere que China está buscando formas de lograr que arranque de nuevo. Pero también tiene implicaciones para los EEUU y los otros países que comercian con China, porque pone a sus compañías en desventaja. En los EEUU, probablemente encienda otra vez la crítica de que Pekín mantiene s moneda artificialmente baja para ayudar a sus propios fabricantes – una acusación que podría tener un ímpetu adicional durante la campaña electoral presidencial.
  4. ¿Qué significa esto para los mercados? 
    Esta movida presiona a los demás bancos centrales del mundo para que empujen a sus monedas hacia abajo, para ayudar a sus propios exportadores y evitar los flujos de capital desestabilizadores. La movida podría lastimar a los mercados de materias primas (“commodities”), porque da señales de una débil demanda potencial de China. También podría acelerar las salidas de capital de China, especialmente si los inversores creen que habrá más devaluaciones.
  5. ¿Qué viene ahora? 
    Esta movida podría añadir a las tensiones antes de la visita a los EEUU del presidente chino Xi Jinping, y sus reuniones con el presidente Barack Obama, que está programada para fines de Septiembre. También podría complicar los esfuerzos chinos para lograr que el  yuan sea añadido a una cesta de monedas seguida por el Fondo Monetario Internacional – unos esfuerzos dirigidos a darle mayor aceptación al yuan en el exterior. A más largo plazo, esta movida hace dudar sobre el compromiso de Pekín de liberalizar su economía. Por una parte, hacer que el yuan esté más orientado por el mercado es un paso en esa dirección. Pero esta movida también parece diseñada para ayudar a los exportadores, en un momento en que China busca otras fuentes de crecimiento, más confiables.